
Ritual a Santa Clara para despejar tu mente
Santa Clara o comúnmente Santa Clara de Asís, debido al lugar en que nació: Asís, Italia, en el año de 1194, fue la fundadora de las religiosas franciscanas llamadas Clarisas.
Según la tradición, antes del nacimiento de clara, el Señor le reveló a su madre en medio de una oración que la alumbraría de una brillante luz que habría de iluminar el mundo entero. Por eso la niña recibió el nombre de Clara durante su bautismo.
Su nombre tiene dos significados: resplandeciente y célebre. Clara también significa “vida transparente”.
La niña creció en el palacio de su familia muy aislada, por lo que no tenía amigos. Aun así, se dice que desde muy pequeña sobresalió en virtud y rezaba mucho todos los días.
¿Cómo fue la vida de Santa Clara?
Cuando cumplió los 15 años sus padres la prometieron en matrimonio a un joven de la nobleza, a lo que ella se resistió, respondiendo que se había consagrado a Dios y que no conocería nunca a ningún hombre.
Poco más de un par de años después, atraída y persuadida por el ardor evangélico de su compatriota San Francisco de Asís, que acababa de poner en marcha la nueva fraternidad, Clara huyó. La noche después del domingo de Ramos del año 1212, la joven Clara abandinó su casa en secreto. Al salir del palacio familiar, la esperaban los frailes menores con luces encendidas.
Se fue a la capilla donde vivía San Francisco y cuando entró se arrodilló ante la imagen del cristo de San Damián y reafirmó su renuncia al mundo. Tomó el hábito de manos del Santo y le prometió obediencia.
Cuando sus familiares descubrieron que había huído y a dónde, fueron a buscarla, pero ella se negó rotundamente a regresar a su casa. Tras el suceso, se trasladó a la iglesia de San Ángel de Panzo, donde residían unas mujeres que llevaban vida de penitentes. Algunos días después, su hermana Inés también huyó de su casa y se les unió.
Todas sus hermanas acudían a ella cuando necesitaban consejo o guía.
Un tiempo después San Francisco erigió para las mujeres un espacio para vivir, ambientado con el ideal de sencillez y humildad que deseaba Santa Clara. Esta vivienda estaba junto a la pequeña iglesia de San Damián. Allí se instalaron las que posteriormente fueron llamadas Clarisas.
Durante 40 años, Clara fue la superiora del convento de monjas de San Damián, su vida era de gran austeridad y la dedicó a hacer muchas obras de caridad. Cuentan que todas sus hermanas acudían a ella cuando necesitaban consejo o guía.
Muerte y santificación de Santa Clara
En el verano de 1253, el Papa Inocencio IV llegó a Asís porque Clara, en su lecho de muerte después de muchos años de enfermedad, quería pedirle la bendición apostólica y la absolución de sus pecados. El Sumo Pontífice le contestó “quiere el cielo, hija mía, que tenga yo tan poca necesidad como tú de la indulgencia de Dios”.
Cuenta la historia que estando en el más profundo dolor, Clara miró a la puerta de la habitación y vio entrar una procesión de vírgenes vestidas de blanco con coronas de oro, entre las que destacaba una de cuya corona irradiaba tanto esplendor que convertía la noche en un día luminoso dentro de la casa, era la Virgen María, que se inclinó sobre Clara y le dio un abrazo.
Aunque San Francisco ya había muerto, tres de los discípulos preferidos del santo, Fray Junípero, Fray Angel y Fray León, le leyeron la Pasión de Jesús mientras agonizaba. Clara murió el 11 de agosto, día en el que hoy se celebra su fiesta. Estaba rodeada también de sus hermanas, y unos días más tarde, su hermana Inés también falleció.
Fue canonizada por el Papa Alejandro IV en el año 1255 en la catedral de Anagni. El reconocimiento de su santidad centró a Clara en el coro de las Vírgenes y de las fundadoras, ya que creó y dio regla por primera vez a una familia religiosa de mujeres.
¿Por qué se le reza a Santa Clara?
Durante su vida como monja, Clara hizo varios milagros, entre los que destaca la multiplicación de un pan para compartir con sus hermanas. Hoy a Santa Clara se le piden innumerables milagros, entre ellos uno relacionado con la claridad y la luz, ya que es a quien desde la antigüedad las novias le rezan para que no llueva el día de su boda.
A finales de los años 50, el Papa Pío XII la declaró la patrona de la televisión y las comunicaciones, para que bendijera esta nueva tecnología que podía ser usada para el bien o para el mal y debía contar con la protección espiritual,
Santa Clara también ayuda a disipar los problemas en el hogar y se dice que ella interviene ante Dios para ayudar a vencer obstáculos y abrir caminos difíciles. Especialmente cuando perdemos el rumbo, tenemos muchos problemas y debemos aclarar la mente para encontrar el camino.
Ritual a Santa Clara para despejar tu mente
El ritual que debemos hacer en nombre de Santa Clara para que nos ayude a despejar la mente y encontrar la sabiduría que nos permita abrir nuestros caminos, consiste en una oración que se debe rezar por 9 días seguidos, con mucha fe.
Se recomienda también tener en la mano una imagen o estampa de Santa Clara de Asís o estar usando una medalla.
Di en voz alta:
"Oh, Santa Clara, Usted es la autora de la paz y la claridad.
Usted trae todas las cosas en perfecto orden.
A pesar de que mi mente se ha agotado y cansado, tu fuerza nunca termina.
Traigo mi confusión, las decisiones y los déficits de atención para usted, sabiendo que es una consejera admirable.
Yo pronuncio tu nombre, Santa Clara, sobre cada idea e imagen que se rebeló contra tu corazón.
Limpia mi mente. Me limpia la cabeza. Centra mi atención. Calma mi corazón.
Que la niebla de tu presencia sea espesa sobre mis pensamientos.
Ven a renovarme y revigorizarme. Santa Clara, ruega por nosotros, Amén"
Después se recomienda dedicar un momento a la meditación o a seguir orando por aquello que nos preocupa. Con esta oración impediremos que el enemigo entre en nuestro pensamiento, con la intención de aturdirlo, así como de confundirnos en nuestras decisiones, puedes repetirla en todo momento en el que te sientas perdido.


Tarotista
Comunicadora social con especialización en periodismo digital. Astróloga experta en carta astral, lectura de los astros y en la elaboración de horóscopos. Vidente natural.
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